Rideon y la ñiña de los ojos azules
La felicidad
existente como concepto
abstracta, subjetiva
esquiva como anguila
fugaz como orgasmo
puta y mercenaria
Y yo la tuve
por ciego
pero ni lo supe
luego
empecé a ver
y miré alrededor
y distinguí lo bello
de lo sucio
y
la naturaleza
de lo humano
Quise ver mas allá
os miré por dentro
(algunos podemos)
y sentí miedo
frío
SOLEDAD
Años después
el viejo Dodó
me prestó sus ojos
y miré mi interior
y un rayo gélido
recorrió mi espina dorsal
"No puedo dejar suelto
al monstruo
que me habita"
Me miré en el espejo
sonreí
llené la bañera
encendí 32 velas
incienso
armé un porro
y me serví un vino
Ya en la bañera
fumé y bebí relajadamente
me puse otro vino
y estiré la mano izquierda
hasta la silla
cogí los cuatro botes de Tranxilium
Lo tomé todo
ayudado por el vino
y esperé a Morfeo
Me ví inerte en la bañera
desde arriba
alejándome de mi cuerpo
al tiempo que
de el envase de mi alma
salió una sombra negra
Aquella sombra, me informaba
una voz femenina y susurrante
sin duda la voz de una niña
"es el monstruo que viste
con los ojos de Dodó
es un diablo llamado Rideon
llevaba
ocho años y medio
dentro de tí"
"No temas, se ha ido"
Seguí ascendiendo
viendo empequeñecerse
las calles, la gente, los coches
Alicante, España, Europa
Y vi la tierra azul y blanca
verde y marrón.
Y entré en una inmensa
paz blanca y luminosa
allí me recibió
la dueña de la voz
La reconocí al instante
la niña del cuadro
María del Carmen Zamora
la primogénita de Teo y Juan
mis abuelos
Me miraba sonriendo
me tendió la mano
y sin despegar los labios
me dijo:
"antes tienes que cumplir
una misión ahí abajo"