martes, 7 de septiembre de 2010

Rideon y la ñiña de los ojos azules





La felicidad

existente como concepto

abstracta, subjetiva

esquiva como anguila

fugaz como orgasmo

puta y mercenaria



Y yo la tuve

por ciego

pero ni lo supe

luego

empecé a ver

y miré alrededor

y distinguí lo bello

de lo sucio

y

la naturaleza

de lo humano



Quise ver mas allá

os miré por dentro

(algunos podemos)

y sentí miedo

frío

SOLEDAD



Años después

el viejo Dodó

me prestó sus ojos

y miré mi interior

y un rayo gélido

recorrió mi espina dorsal



"No puedo dejar suelto

al monstruo

que me habita"



Me miré en el espejo

sonreí

llené la bañera

encendí 32 velas

incienso

armé un porro

y me serví un vino



Ya en la bañera

fumé y bebí relajadamente

me puse otro vino

y estiré la mano izquierda

hasta la silla

cogí los cuatro botes de Tranxilium



Lo tomé todo

ayudado por el vino

y esperé a Morfeo



Me ví inerte en la bañera

desde arriba

alejándome de mi cuerpo

al tiempo que

de el envase de mi alma

salió una sombra negra



Aquella sombra, me informaba

una voz femenina y susurrante

sin duda la voz de una niña

"es el monstruo que viste

con los ojos de Dodó

es un diablo llamado Rideon

llevaba

ocho años y medio

dentro de tí"



"No temas, se ha ido"



Seguí ascendiendo

viendo empequeñecerse

las calles, la gente, los coches

Alicante, España, Europa

Y vi la tierra azul y blanca

verde y marrón.



Y entré en una inmensa

paz blanca y luminosa

allí me recibió

la dueña de la voz



La reconocí al instante

la niña del cuadro

María del Carmen Zamora

la primogénita de Teo y Juan

mis abuelos



Me miraba sonriendo

me tendió la mano

y sin despegar los labios

me dijo:

"antes tienes que cumplir

una misión ahí abajo"

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